Preciosos, relucientes, hipnotizantes y encantadores son esas cadenas que me tienen presa.
Tiran de mi hacía un océano de fantasía romántica, un sueño ideal de las pesadillas.
La realidad centellea a lo lejos y no consigo distinguirla de los rayos del poco sol que ilumina.
Odio, miedo, envidia y desesperación son mi nueva familia. Nunca me dejaran ser ambiciosa.
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