Dos cuerpos mortales se encuentran en una vasta noche,
ambos se funden en miradas bajo una misma aspiración
que les arrastrara con sus manos hacía su adicción,
haciendo de la dama perlada del misterio su compinche.
Escribiendo una nueva historia en sus dorsos están.
Las caricias se deslizan como lágrimas en sus mejillas,
dejando a las fugaces horas entrar a hurtadillas.
Ya falta menos para que se manifieste el leviatán.
Sus sueños están encadenados a ese momento,
ninguno de los dos quiere huir de su rumbo.
No por miedo, sino por no estar en el limbo
y dejar libres sus almas con un soplo de su aliento.
Entre la calidez de sus abrazos despiertan las bestias,
anhelando actuar por deleite de sus amos.
Ya sus mentes pertenecen al infinito cosmos,
y por ello sus cuerpos bailan fusionados por estas albricias.
Ojos encantados y clamor por un tiempo del amor
Ansiados estaban por enlazarse hacia un nuevo destino
que les alzaría hacía el más alto cielo cristalino.
Contemplaran la huida que sentían los dos del temor.
Sobre una almohada queda el recuerdo de las mil y una noches
que los dos amantes impregnaron en sus pieles,
dejando sus besos y sus mordeduras sobre los florales
cubiertas en la exigua noche con sedas color azabaches.
Les amoureux s'embrassent et jure de votre amour ce soir, en appelant sur les étoiles pour être plus forts de rester ensemble pour toujours.
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